[Breve comentario publicado en Radar el 28/12/2003, parte de una nota sobre el disco "Flopa Manza Minimal" que realizó Martín Pérez. Link al enlace original.]
Durante la segunda mitad de los noventa, una de las mejores opciones nocturnas a la hora de escoger entre la avalancha de shows disponibles en la noche porteña era Menos que Cero. Un poderoso trío con aliento punk que no olvidaba las cuidadas armonías de voces, el grupo de Mariano Esaín nunca defraudó. Porque, además de las furiosas y/o desoladas postales urbanas de sus temas propios, entregaban una buena dosis de covers del mejor rock inglés, clásicos regalos para cerrar cada recital. Menos que cero (97) y Cualquier otro día (99) son los dos ítems de la discografía de un grupo que tuvo más de una encarnación, hasta que Manza decidió que no tenía sentido volver a formar un grupo cuando cada vez más era él y dos o tres músicos. Pero ante la evidencia de lo inútil de intentar seguir reviviendo aquel grupo, no eligió el camino solista sino que formó una nueva banda, la flamante Valle de Muñecas. Un cuarteto cuyo sonido recuerda tal vez demasiado a Menos que Cero, pero porque están sus canciones y su voz al frente. “Pero los temas lentos de Menos que Cero serían los más rápidos del repertorio de Valle de Muñecas”, apunta Manza, que ya ha repartido entre amigos copias del primer demo del grupo, y está a punto de ingresar a grabar su primer disco. “No vamos a buscar discográfica, porque quiero grabar y editar cuanto antes”, cuenta este compositor de canciones urbanas y urgentes.
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